El Riviera Maya Jazz Festival 2023 fue la muestra de que la música genera una convocatoria sinigual entre la sociedad -local y de tránsito-; y pese a la escasa promoción para esta edición, el show alcanzó el nivel de asistencia como las que tenía previo a la pandemia.
Mi primera lectura – como el muchos aficionados melómanos- es que se hizo hasta lo imposible por socavar este evento. Para muestra ilustraré con lo siguiente:
Cuando el Consejo de Promoción Turística de Quintana Roo (CPTQ) anunció el cartel, en Playa Riviera hicimos una serie de historias para nuestras redes sociales destacando a un artista o agrupación cada día.
A finales de septiembre, el mismo Chris Botti, ¡el artista estelar de la edición número 20 del festival!, nos escribió para saber qué pasaba con la promoción, pues dijo, en Estados Unidos no veían que se estuviera ofertando.
¿Sí habrá Festival de Jazz en 2024?
Javier Aranda dijo en la conferencia de prensa del sábado que no sabrán si habrá edición 21 el próximo año, y dejó en claro que el CPTQ no hace producción cultural, sino “promoción turística”. Aún con esa falta de información y las dudas entre los artistas se aventuró a presumir la vocación del organismo.
El Ayuntamiento de Solidaridad fue el que tuvo que entrar al quite ante las pocas menciones del aparato estatal al evento, y en las ferias turísticas como en el resto de las actividades relacionadas con el turismo se promovió.
Un apunte musical sobre Chris Botti, más allá de lo comentado hasta el párrafo anterior. Chris Botti dejó un gran sabor de boca entre los asistentes que nos quedamos hasta el final la noche del sábado 25 de noviembre. Su show nos emocionó tanto por versionar en jazz música de la cultura popular: Cinema Paradiso, Starwars, Britney Spears, Nina Simone y hasta Led Zeppelin, por hacer algunas menciones, desfilaron por su repertorio.
Si esa presentación fue la última del RM Jazz Festival, fue un excelente broche de oro para concluir con 20 años, algunos más magníficos que otros, de noches musicales al lado del mar.
¿Cuánto se invirtió en el festival de jazz? No hay mucha información sobre ello. El mismo CPTQ dejó a medias una información que la publicación Good Luck hizo hace unos meses donde el organismo afirmaba no tener contratos con artistas para la presentación de este año.
La cosa más extraña es que el Gobierno del Estado que encabeza Mara Lezama haya encontrado un adeudo de 1 mil millones de pesos en el CPTQ -principal argumento dado para no haber hecho en 2022 el festival- bajo la dirección de Darío Flota Ocampo, y no haya castigo para nadie. Así, solo deben mucho dinero y ya.
Error, poner zona VIP en medio de asistentes al Riviera Maya Jazz Festival
Incluso Darío Flota mantiene sus privilegios de invitado especial. El pasado fin de semana estuvo fumando sus habanos y con servicio a la mesa, ahí sentado en la zona VIP que Proceso evidenció por la separación del resto de comunidad melómana, una segregación que ocurre en una playa pública.
Hay que mencionar que para esta ocasión, por primera vez Paula Chaurand fungió como directora general del festival. Ella obtuvo un contrato millonario en 2022 para la organización del festival, de acuerdo a un contrato que se podía consultar en la Plataforma Nacional de Transparencia, aunque luego el documento fue quitado de la misma. Si se devengó o no ese dinero es cosa que hasta ahora no se sabe, como tampoco la inversión total que tuvo para esta edición 20.
Hay que apuntar que en 2019 se gastaron 22 millones de pesos para la edición de ese año, de acuerdo a información de Darío Flota, entonces director del CPTQ.
Pese a este contexto extra musical, la edición del 2023 del Riviera Maya Jazz Festival fue muy festiva y a la altura artística de otras anteriores a la pandemia, especialmente el primer día, el viernes, cuando subieron al escenario toda una gama de músicos latinos: mexicanos, cubanos, peruanos, puertorriqueños, etcétera, aunque todos radicados en Estados Unidos.
Como decía, Chris Botti fue un gran cierre. Pero también lo hecho por Antonio Sánchez, orgulloso de tocar en su país luego de algunos años. Una gran sorpresa fue el set de Pedrito Martínez y su banda latín jazz, que hubieran generado una explosión musical en caso de haber tocado para el cierre, aunque más bien estuvieron al principio para calentar la noche del viernes.
El Riviera Maya Jazz Festival no debería desaparecer
Previo al festival entre colegas y amigos músicos y aficionados a la música nos preguntábamos si funcionaría hacerlo en la Playa Fundadores, luego de años de tener en Playa Mamitas su sede.
No sé qué conclusiones sacaron los organizadores, el CPTQ, los asistentes, los músicos y quienes han leído este artículo -agradecido estoy-. Pero quedó demostrado que la música es más grande que cualquier argumento, válido o no, que puedan dar las autoridades estatales para no volver a hacerlo -más allá si la cultura musical de este género y sus fusiones no forma parte de su plataforma de gobierno porque quizá no generan votos, y más allá de las estrategias para bienestar social que han puesto en práctica, pese a que el acceso a las manifestaciones artísticas abona también para la calidad de vida, y a la imagen y promoción turística.
Por:
Adrián Barrets, integrante de Playa Riviera | Fotos: Juan M. Valdivia